educacion
Los diez aspectos claves de
una Educación Infantil de
calidad
1. Organización de los espacios La Educación Infantil posee
características muy particulares en lo que se refiere a la organización de los
espacios: requiere espacios amplios, bien diferenciados, de fácil acceso y especializados
(fácilmente identificables por los niños/as tanto desde el puso de vid de su
función como de las actividades que se realizan en ellos). Resulta importante
también la existencia de un espacio donde puedan llevarse a cabo tareas
conjuntas de todo el grupo: asambleas, dramatizaciones, ritmo, etc. 3 Calidad
en la Educación Infantil (Zabalza, M.A.) 2 Capítulo 3: Los diez aspectos claves
de una Educación Infantil de calidad El espacio acaba convirtiéndose en una
condición básica para poder llevar a cabo muchos de los otros aspectos clave.
Las clases convencionales con espacios indiferenciados resultan escenarios
empobrecidos y hacen imposible (o dificultan seriamente) una dinámica de
trabajo centrada en la autonomía y la atención individual a cada niño y a cada
niña.
2. Equilibrio entre iniciativa infantil y trabajo dirigido a la hora de
planificar y desarrollar las actividades Diferentes modelos de Educación
Infantil insisten mucho en la necesidad de dejar espacios y momentos a lo largo
del día en los que sea cada niño/a quien decida lo que va a hacer. Autonomía
que se combina con los periodos de trabajo dirigido destinado a afrontar las
"tareas clave" del currículo. En contextos con un currículo oficial,
como es el caso español, la necesidad de garantizar este equilibrio se hace aún
más patente. La presión del currículo no puede sustituir, en ningún caso, el
valor educativo de la autonomía e iniciativa propia de los niños y niñas. Pero,
a la vez, los profesores/as debemos planificar también momentos en los que el
trabajo está orientado al desarrollo de aquellas competencias específicas que
figuran en la propuesta curricular.
3. Atención privilegiada a los aspectos
emocionales No solamente porque en esta etapa del desarrollo los aspectos
emocionales juegan un papel fundamental, sino porque además constituyen la base
o condición necesaria para cualquier progreso en los diferentes ámbitos del
desarrollo infantil. Todo en la Educación Infantil está teñido de aspectos
emocionales: desde el desarrollo psicomotor, al intelectual, al social, al
cultural. La emocionalidad actúa sobre todo en el nivel de seguridad de los
niños/as que es la plataforma sobre la que se construyen todos los desarrollos.
Conectado a la seguridad está el placer, el sentirse bien, el ser capaz de
asumir riesgos y afrontar el reto de la autonomía, el poder ir asumiendo
progresivamente el principio de realidad, el aceptar las relaciones sociales,
etc. Por el contrario, la inseguridad produce temor, potencia la tendencia a
conductas defensivas, dificulta la asunción de los riesgos inherentes a
cualquier tipo de iniciativa personal, lleva a patrones relacionales
dependientes, etc. Desde el punto de vista práctico, la atención a la dimensión
emocional implica la ruptura de formalismos excesivos y exige una gran
flexibilidad en las estructuras de funcionamiento. Requiere también crear
oportunidades de expresión emotiva (de manera que los niños/as mediante los
diversos mecanismos expresivos vayan reconociendo cada vez más sus emociones y
haciéndose progresivamente con su control).
4. Uso de un lenguaje enriquecido
Todos somos conscientes de que el lenguaje es una de las piezas claves de la
Educación Infantil. Sobre el lenguaje se va construyendo el pensamiento y la
capacidad de decodificar la realidad y la propia experiencia, es decir, la
capacidad de aprender. La cuestión está en crear un ambiente en el que el
lenguaje sea el gran protagonista: hacer posible y presionar para que todos los
niños/as hablen; llevar el hablar cada vez más lejos a través de una
interacción educador-niño/a que le haga poner en juego todo su repertorio y
superar constantemente las estructuras previas. Explicar qué es lo que va a
hacer, contar qué es lo que ha hecho, describir los procesos que le han llevado
al resultado final (cómo y para qué), establecer hipótesis (por qué), construir
fantasías, narrar experiencias, etc. Cualquier oportunidad es buena para
ejercitar el lenguaje Pero ejercitarlo no es suficiente; la idea fundamental es
mejorarlo, buscar nuevas posibilidades expresivas (vocabulario más preciso,
construcciones sintácticas más complejas, Calidad en la Educación Infantil
(Zabalza, M.A.) 3 Capítulo 3: Los diez aspectos claves de una Educación
Infantil de calidad dispositivos expresivos y referencias cada vez más amplias,
etc.). En este sentido la interacción con los educadores/as es fundamental.
5.
Diferenciación de actividades para abordar todas las dimensiones del desarrollo
y todas las capacidades Aunque el crecimiento infantil es un proceso global e
interconectado, no se produce ni de manera homogénea ni automática. Cada ámbito
del desarrollo requiere de intervenciones que lo refuercen y vayan sentando las
bases de un progreso equilibrado del conjunto. La dimensión estética es
diferente de la psicomotriz aunque estén relacionadas. El desarrollo del
lenguaje avanza por caminos diferentes que la sensibilidad musical. El
aprendizaje de normas requiere procesos diversos que el aprendizaje de
movimientos psicomotores finos. Sin duda todas esas capacidades están vinculadas
(neurológica, intelectual, emocionalmente) pero pertenecen a ámbitos distintos
y requieren, por tanto, procesos (actividades, materiales, consignas, etc.)
bien diferenciados de actuación didáctica. Eso, obviamente, no impide que
diversas de esas actuaciones especializadas vengan agrupadas en una actividad
más global e integradora: en un juego podemos incorporar actividades de diverso
signo; una unidad didáctica o un proyecto recogerá muchas actuaciones
diferenciadas, etc.
6. Rutinas estables Las rutinas juegan, de una manera
bastante similar a los espacios, un papel importante a la hora de definir el
contexto en el que los niños/as se mueven y actúan. Las rutinas son como los
organizadores estructurales de Es experiencias cotidianas: clarifican el marco
y permiten adueñarse del proceso a seguir: sustituyen la incertidumbre del
futuro (sobre todo en niños/as con dificultad para construir un esquema
temporal a medio plazo) por un esquema fácil de asumir. Lo cotidiano pasa así a
ser algo previsible, lo cual tiene importantes efectos sobre la seguridad y la
autonomía. Pero además de este aspecto sintáctico de Es rutinas (su
ordenamiento de las actividades) las rutinas poseen también otras dimensiones
destacables. Importa mucho analizar cuál sea el contenido de las rutinas. En el
fondo las rutinas suelen ser un fiel reflejo de los valores que rigen la acción
educativa en ese contexto: si refuerzo rutinas centradas en el orden, o en el
cumplimiento de los compromisos, en la revisión -evaluación de lo realizado en
cada fase, o en el estilo de relación niño-adulto, etc. estoy reforzando, en el
fondo, esos aspectos sobre los que se proyectan las rutinas. Eso nos permite
"leer" cuál es el mensaje formativo de nuestro trabajo.
7. Materiales
diversificados y polivalentes Una sala de Educación Infantil ha de ser ante
todo un escenario muy estimulante, capaz de facilitar y sugerir múltiples
posibilidades de acción. Materiales de todo tipo y condición: comerciales y
construidos; unos más formales y relacionados con actividades académicas y
otros provenientes de la vida real; de alta calidad y de desecho; de todo
tamaño y forma, etc. Suele decirse que una de las tareas fundamentales de un
profesor/a de Educación Infantil es saber organizar un ambiente estimulante,
posibilitar que los niños/as que asisten a esa aula tengan abiertas infinitas
posibilidades de acción, ampliando así sus vivencias de descubrimiento y
consolidación de experiencias (de aprendizaje, en definitiva). Los materiales
constituyen una condición básica para que los aspectos recogidos en los puntos
3, 4 y 5 sean posibles.
8. Atención individualizada a cada niño y a cada niña
Calidad en la Educación Infantil (Zabalza, M.A.) 4 Capítulo 3: Los diez
aspectos claves de una Educación Infantil de calidad Pensar que se puede
atender a cada niño y a cada niña de manera separada todo el tiempo es una
fantasía. Lo es aún más en contextos como el español donde una sola maestra
atiende a un grupo de 15-20 niños/as por clase. Sin embargo, aunque no sea
posible desarrollar una atención individual permanente, resulta preciso
mantener, siquiera sea parcialmente o cada cierto tiempo, contactos
individuales con cada niño/a. Es el momento del lenguaje personal, de
reconstruir con él los procedimientos de acción, de orientar su trabajo y darle
pistas nuevas, de apoyarle en la adquisición de habilidades o conductas muy
específicas, etc. Aunque resulte más cómodo desde el punto de vista
organizativo trabajar con todo el grupo a la vez (todos haciendo la misma
cosa), tal modalidad está en contradicción con este principio. La atención
individualizada, está en 1 base de la cultura de la diversidad. Es justamente
en un estilo de trabajo donde se atienda individualmente a los niños y a las
niñas donde pueden llevarse a cabo experiencias de integración.
9. Sistemas de
evaluación, toma de notas, etc., que permitan el seguimiento global del grupo y
de cada uno de los niños/as Una condición importante para el desarrollo de un
programa "profesional" de Educación Infantil es la sistematicidad del
proceso en su conjunto. Es preciso tener una orientación suficientemente clara
y contrastar cada poco si se está avanzando hacia los propósitos establecidos.
No se trata de cosificar las intenciones educativas ni tampoco de formalizar el
proceso. Se trata, eso sí, de saber qué se quiere (idea general) y cuáles son
las grandes líneas del proceso establecido para alcanzarlo. Se trata, además,
de superar la idea de que no basta con tener buena voluntad, un poco de
intuición y capacidad para improvisar experiencias y juegos. Todas esas cosas
resultan competencias inestimables de todo buen educador/a de infancia. Pero
precisará también de la capacidad de planificar y evaluar los procesos y la
forma en que cada uno de los niños/as va progresando en su desarrollo global.
Los diferentes modelos de Educación Infantil suelen ir acompañados de sus
propios instrumentos de seguimiento destinados a registrar procesos y
resultados con visas a que su análisis posterior permita incorporar los
reajustes que sean precisos tanto en lo que se refiere a la atención a
alumnos/as concretos como en lo que tiene que ver con la modificación de
algunas de las actuaciones del grupo. Dos tipos de análisis se han de
incorporar como mínimo: - el análisis del funcionamiento del grupo en su conjunto.
Esta consideración tiene que ver con el desarrollo del programa o proyecto
educativo, con el funcionamiento de los dispositivos montados (espacios,
materiales, experiencias) y con la actuación del propio docente; - el análisis
del progreso individual de cada niño/a. Pese a las limitaciones que impone el
tiempo disponible y la cantidad de niños y niñas que se han de atender parece
fundamental ir haciendo un seguimiento individualizado de cada alumno/a (aunque
sea mediante constataciones periódicas).
10. Trabajo con los padres y madres y
con el entorno (escuela abierta) La participación de los padres y las madres en
la escuela infantil española es muy desigual: no tenemos una cultura,
institucionalmente asentada, de apertura de la escuela al entorno aunque sí hay
muchas experiencias, puntuales pero muy interesantes (casi siempre más ligadas
a la particular sensibilidad de profesoras concretas que a proyectos
desarrollados por la institución en su conjunto). Calidad en la Educación
Infantil (Zabalza, M.A.) 5 Capítulo 3: Los diez aspectos claves de una
Educación Infantil de calidad La cuestión está en que la escuela por sí misma
posee una capacidad de acción limitada (por el espacio, el tiempo y las propias
dimensiones susceptibles de ser afectadas por el trabajo de los profesores/as).
Me estoy refiriendo, desde luego a colaboración en cuestiones curriculares
sustantivas: dentro de la clase, o como continuación en casa de actividades
iniciadas dentro de la clase. Este tipo de participación enriquece el trabajo
educativo que se desarrolla en la escuela (la presencia de otras personas
adultas permite organizar actividades más ricas 3, desarrollar una atención más
personal a los niños/as), enriquece a los propios padres y madres (que van
conociendo aspectos del desarrollo infantil, descubriendo virtualidades
formativas en materiales y experiencias, incluido el juego, conociendo mejor a
sus hijos e hijas, aprendiendo cuestiones relacionadas con cómo educar) y
enriquece la propia actuación educativa que las familias desarrollan después en
sus casas También los profesores/as aprendernos mucho de la presencia de los
padres y madres, y de ver cómo ellos afrontan los dilemas básicos de la
relación con niños/as pequeños. Otro tanto cabría decir en relación a la apertura
al entorno: el entorno social, natural, cultural, etc. es un inmenso salón de
recursos formativos. Algunos de esos recursos son especializados (museos,
monumentos, bibliotecas, etc.) que se incorporan como "material” ampliado
para las experiencias formativas.
Otros constituyen elementos ordinarios del
marco de vida de los niños: al incorporarlos al trabajo formativo lo que
hacemos es facilitar el cumplimiento de uno de los objetivos básicos de la
Educación Infantil: que los niños/as vayan conociendo cada vez mejor su medio
de vida y adueñándose de él para ir creciendo en autonomía.
Sí es importante fortalecer los métodos de la pedagogía, de los niños y niñas Felicidades por ese gran
ResponderEliminarsueño de educacar a trves del ejemplo GRACIAS
sigamos fortaleciendo la pedagogía , para obtener una buena educación para nuestro niños del futuro
ResponderEliminarsigamos fortaleciendo la pedagogía , para obtener una buena educación para nuestro niños del futuro
ResponderEliminarEs fundamental para el desarrollo integral de la niñez actual. me parece super importante.
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